Una vida digna para los ancianos israelíes
Amigour
La Compañía de Administración de Viviendas Amigour es el principal operador de edificios de viviendas públicas protegidas de Israel. Actualmente, más de 7.500 personas mayores y de escasos ingresos en todo el país, disfrutan de viviendas asequibles y de vida independiente. Apoyamos Amigour porque entendemos que ésta es una necesidad crítica.
La escasez de viviendas de baja renta en Israel les presenta grandes dificultades a muchos ancianos que no poseen casa propia. La situación es particularmente grave para los sobrevivientes del Holocausto y para los inmigrantes de la ex Unión Soviética. A menudo sin hijos y sin familiares o amigos que les ayuden, estos ancianos se ven obligados a vivir con una asignación de asistencia social insignificante, una cantidad que no les permite alquilar ni siquiera el apartamento más básico. Amigour les proporciona vivienda protegida y el marco social que les permite a los residentes vivir dignamente.
Los residentes de Amigour disfrutan de viviendas asequibles, permitiéndoles que la asignación que reciben de las autoridades de bienestar social les alcance también para cubrir sus gastos adicionales, como alimentos y actividades que enriquecen sus vidas. Amigour ofrece a los residentes programas artísticos y conferencias, clases de idiomas, talleres de trabajo manual, paseos por el país, conmemoración de las festividades y mucho más. Cada edificio cuenta con un personal calificado y dedicado, incluyendo un asistente social, para garantizar que se satisfagan todas las necesidades de los residentes.
ancianos carentes viven en las residencias de Amigour
edificios de viviendas protegidas de Amigour
es la mensualidad media básica que pagan los residentes
Esta pareja son sobrevivientes del Holocausto. Después de sobreponerse a la guerra y soportar un nuevo brote de antisemitismo en Bélgica, decidieron hacer aliá en 1983. Lucharon en Israel para construir una vida aquí, pero solo a través de Amigour consiguieron tener una nueva oportunidad para una vida digna. Finalmente pueden pagar su vivienda y la comida; pueden disfrutar del tiempo con sus familiares y amigos y participar de las actividades culturales que les brindan tanta alegría a ambos.
