Décadas de generosidad y liderazgo
“Siempre he buscado desafíos”
El 30 de noviembre de 2015 hubo un pleno de público en el Auditorio Charles R. Bronfman (Heijal Hatarbut) en Tel Aviv, para asistir a un concierto de jazanut (canciones y oraciones litúrgicas judías). Pero esta no fue solo una performance más del rico tapiz cultural que Tel Aviv ofrece a sus residentes y visitantes. Fue, más bien, una ocasión muy especial por el hecho de que el programa incluía inspiradas oraciones y canciones de Shabat compuestas por Martin Meir Widerker. El día del concierto tampoco fue elegido al azar: coincidía con la fecha según el calendario hebreo del 80° cumpleaños (gvurot) de Martin M. Widerker. El público saludó con calurosos aplausos al compositor y cantor de fama mundial Itzjak Meir Helfgot.
Martin Meir Widerker
Martin nació en Tel Aviv en 1935 de padres de origen polaco y creció en un hogar sionista. Ya desde muy joven escondió debajo de su colchón volantes del Etzel (una organización clandestina judía durante la época del Mandato Británico). Como miembro del Movimiento Juvenil Estudiando y Trabajando participó en una operación para ayudar a inmigrantes “ilegales” a escapar de la policía británica e integrarse en las comunidades vecinas a las playas después de desembarcar en el suelo de Eretz Israel.
En 1947, Martin viajó con sus padres a la Polonia comunista de entonces para visitar al hermano de su padre, un devoto comunista y único sobreviviente del Holocausto de toda la familia. Sin embargo, se encontraron atrapados en Polonia debido a sus pasaportes polacos y pasaron los siguientes diez años en Wroclaw. Fue allí donde descubrieron que Martin Meir era un joven músico excepcionalmente dotado. Dio su primer concierto a los 12 años y terminó el conservatorio a los 13 años. Como joven prodigio, su camino musical parecía asegurado, hasta que se encontró con un maestro que destruyó su amor por la música. Dio un giro de 180 grados y eligió una carrera tecnológica.
En 1956-57, una ola de antisemitismo se extendió por toda Polonia y los Widerker se vieron obligados a huir. Se establecieron en Suttgart, Alemania, donde tenían familia y Martin comenzó allí sus estudios de ingeniería (se le había negado el acceso a la prestigiosa Universidad de Lomonosov en Moscú, debido a sus “tendencias sionistas”). Para ganarse la vida durante sus estudios, trabajó como limpiador de ventanas. Poco a poco amplió sus actividades, contrató empleados y se involucró en el campo inmobiliario. Con el pasar del tiempo, se convirtió en un exitoso empresario y también estuvo radicado durante cinco años en los Estados Unidos y Canadá.
En 1968, a la edad de 33 años, fue elegido miembro de la Junta de la Comunidad Judía de Stuttgart, comenzando su trayectoria como líder judío de primera línea y que continúa hasta los días de hoy. El joven Martin llamó la atención de Ignatz Bubis, z”l, el legendario líder de los judíos alemanes (ganador del Premio Goldstein de KH en 1998), quien lo adoptó como su discípulo hasta su fallecimiento en 1999. Martin se desempeñó como miembro de la Repräsentanz, la Junta Directiva de la comunidad y luego fue su presidente durante 40 años, llevando a cabo, entre una variedad de programas, una amplia gama de actividades relacionadas con el judaísmo y con Israel.
Martin contribuyó en la fundación de una escuela primaria judía en Stuttgart; de un nuevo edificio para el cuidado de ancianos; la creación de un nuevo centro deportivo judío; el establecimiento del concurso de música para jóvenes “Karl-Adler” y, además de aportar una sustanciosa contribución: la construcción de una sinagoga en la ciudad de Ulm, sirviendo como representante de la comunidad en cuanto a la identificación del terreno y la posterior negociación para su adquisición, así como experto y parte del jurado durante el proceso del concurso arquitectónico de la sinagoga. La coronación de su actividad para la “IRGW” (Comunidad Judía de Baden – Württenmberg) fue la exitosa negociación frente al Gobierno de Baden – Württenmberg, que culminó con la firma de un contrato de financiación estatal. En 1979 Martin cofundó Stuttgart TSV Macabi y sigue siendo el presidente de la asociación.
Durante la Guerra de Yom Kipur en 1973, él y Henry Ehrenberg, z”l, en ese momento líder de Keren Hayesod de Alemania, condujeron durante varias noches bajo una lluvia torrencial y un frío helado por las ciudades de Baden – Württenmberg, visitando de puerta en puerta las casas de los judíos y despertándolos para pedir contribuciones para la Campaña de Emergencia de KH para Israel. Con tales antecedentes, era natural que Martin Meir fuera elegido, en 1975, Presidente de KH en Stuttgart, cargo que ocupó hasta hace muy poco tiempo, siendo que paralelamente se desempeñó como Vicepresidente de KH para toda Alemania. Está particularmente orgulloso de que la comunidad organizada de Stuttgart hace una contribución anual de 15.000 euros a KH, lo que la convierte en la comunidad de contribuyentes a KH quizás más generosa de Alemania.
Es difícil resumir una vida como la de Martin en este breve espacio que disponemos. Incluso después de agregar que vuela en un avión acrobático y que es adicto a los deportes y un experto buceador, con todo ello, aún la imagen no estaría completa. Martin Meir alimenta sus energías de dos fuentes: de su familia (casado con Carmela, tienen dos hijos y dos hijas, una de las cuales vive en Tel Aviv) y de su profunda fe en Dios, definiéndose en este aspecto como un “nacional religioso” (datí leumí). Los cuatro descendientes de Martin y Carmela siguen los pasos de su padre y participan activamente en organizaciones judías.
Martin es un judío y sionista de corazón y está profundamente preocupado por lo que ve como “una creciente falta de interés de los jóvenes judíos en su futuro como judíos y en los problemas de Israel. Hay una gran asimilación y es cada vez más difícil involucrar a los jóvenes en los asuntos que conciernen a la comunidad y a Israel”, dice, y agrega: “Quizás no encontramos la manera de llegar a ellos con el lenguaje y los métodos que usamos, pero básicamente hay una falta de sentimientos hacia esos temas. Estos asuntos ya no engendran las emociones que sentíamos a su edad. Quizás los acontecimientos actuales los hagan más conscientes de que deben movilizarse para defender las tradiciones y la cultura de su pueblo”.
Después de retirarse de los cargos que ocupó en la comunidad de Stuttgart, Martin tuvo más tiempo para dedicarlo a él mismo, lo que le permitió volver a uno de sus grandes amores: la música. Como se señaló anteriormente, varias de sus composiciones acaban de ser interpretadas en Tel Aviv, algo que le brinda un caudal de alegría. (Podrá encontrar más información sobre sus composiciones musicales en: www.martinwiderkermusic.com; Youtube y Facebook).
Querido Martin Meir, sentimos profundo orgullo de contarte entre nuestros líderes, contribuyentes y voluntarios. ¡Gracias por todo lo que has logrado hasta ahora, y nuestros mejores deseos para ti y para Carmela de muchos años más de buena salud y felicidad junto a vuestros seres queridos, y que puedas continuar tus actividades en pro del Estado de Israel y del Pueblo Judío!
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