El sueño se convertía en realidad. La visión para la cual se fundó Keren Hayesod se materializaba. Los cimientos establecidos por Keren Hayesod hicieron posible el establecimiento del Estado. Casi todas las ciudades y pueblos de Israel, cada tubería de agua, cada farol y carretera, cada emprendimiento agrícola o urbano, fueron construidos y desarrollados con el apoyo de Keren Hayesod. Instituciones educativas, hospitales, al igual que la absorción y el asentamiento de nuevos inmigrantes provenientes de todo el mundo se hicieron posibles gracias a las actividades de Keren Hayesod.
Con el establecimiento del Estado, la tarea de Keren Hayesod parecía haberse completado. Fue entonces que surgieron varios interrogantes cruciales: ¿Debería realmente la institución finalizar sus actividades? ¿Habría ya concluido su misión transformadora o debería seguir apoyando el proyecto sionista? Los líderes del Keren Hayesod entendieron que el establecimiento del Estado era tan sólo un primer paso en el largo camino que aún quedaba por recorrer. El nuevo Estado tenía aún por delante muchos y difíciles desafíos que enfrentar, para poder asegurar su mera existencia a pesar del férreo entorno geopolítico hostil, desarrollar su economía y sus instituciones y lograr absorber a millones de inmigrantes adicionales.
Estas siguen siendo las razones que explican la relevancia de las actividades de Keren Hayesod desde su nacimiento en 1920 hasta nuestros días.