La actividad de Keren Hayesod se basa en la transparencia, como el valor supremo que protege el dinero del donante. Keren Hayesod permite a los contribuyentes familiarizarse estrechamente con sus diferentes actividades y contribuir específicamente a aquellos proyectos que son importantes para ellos. Los contribuyentes donan de acuerdo a su capacidad económica, a su voluntad y en la forma que lo prefieran, y el Keren Hayesod tiene el deber de mostrarles a dónde va el dinero recolectado, de manera detallada y transparente.
Keren Hayesod tiene tres principios fundamentales para garantizar que la prueba de confianza y el valor de la transparencia se cumplan en forma efectiva: participación y liderazgo, tal como se refleja en la Junta de Gobernadores; manejo de las finanzas y proyectos de acuerdo a estrictos criterios y regulaciones; presentación de informes a los donantes que incluyen una evaluación anual de las actividades de Keren Hayesod, incluyendo la organización de delegaciones a Israel, con visitas a los distintos proyectos que la institución patrocina y apoya.
La transparencia ha sido uno de los valores fundamentales de Keren Hayesod desde sus inicios, pero ganó aún mayor importancia con las reformas promovidas por su Presidente, Avraham Avi-hai, en la década de 1970. Avi-hai buscó crear una asociación más estrecha con las comunidades Judías de la Diáspora y una mayor participación de éstas en las actividades de Keren Hayesod. Los principales contribuyentes involucrados en este proceso fueron empresarios que amaban a Israel, pero también apoyaban la transparencia y una gestión adecuada de los recursos. Al mismo tiempo, hubo por parte de ellos un mayor deseo de saber y decidir acerca de cómo y dónde se invertirían sus contribuciones. Avi-hai entendió que también era necesario flexibilizar las condiciones en la oficina central en Jerusalem. En 1978, se creó una Junta de Gobernadores, de 20 miembros, que representan a las 20 comunidades Judías más grandes del mundo. El establecimiento de la Junta de Gobernadores cambió la estructura de Keren Hayesod, otorgando a las comunidades judías un mayor control sobre el destino de sus contribuciones.