En 1984, unos 7.500 inmigrantes de Etiopía llegaron a Israel con la ayuda del Keren Hayesod, la Agencia Judía, el Mossad y El Al. Solo en enero de 1985 se autorizó la publicación de los detalles de esta secreta y compleja misión, que se denominó “Operación Moisés” y consistió en una de las travesías de aliá más largas, más difíciles y más riesgosas implementadas hasta ese momento. Después de esperar días o incluso meses en Etiopía, los valientes y decididos judíos etíopes emprendieron una larga y peligrosa caminata desde Etiopía hasta Sudán. Caminaban de noche para evitar el sol ardiente, los asaltantes de caminos y las redadas de las autoridades etíopes que prohibieron su salida del país. El recorrido fue difícil; tenían que evitar lugares densamente poblados y las vitales fuentes de agua en esa zona desértica eran escasas. Después de pasar varias semanas o meses de permanencia en un campamento en Sudán, los inmigrantes fueron trasladados en avión a Europa y de allí a Israel. El éxito de la “Operación Moisés” radicaba en su absoluto secreto y en el coraje de los inmigrantes y de quienes los ayudaron. Muchos no sobrevivieron esta epopeya.
Al mismo tiempo, miles de judíos quedaron atrás, esperando una nueva oportunidad de emigrar a Israel. Esta oportunidad llegó en mayo de 1991, con la “Operación Salomón”. También ésta fue una operación de rescate altamente compleja, que tuvo lugar en el contexto de una delicada situación política y de seguridad en Etiopía. En apenas dos días, unos 14,000 judíos etíopes fueron trasladados a Israel en un extraordinario puente aéreo implementado a través de aviones de El Al y vuelos privados. En muchos casos hubo necesidad de remover parte de los asientos del avión para poder hacer espacio a nuevos pasajeros. Uno de esos vuelos terminó abordando a casi 1000 psajeros, rompiendo un récord internacional. El Keren Hayesod ha seguido ayudando a las operaciones de aliá desde Etiopía y apoyando la integración de los inmigrantes etíopes en la sociedad israelí.