«No tengo dudas de que tanto mis hijos, los jóvenes en general, y los jóvenes de la comunidad etíope en particular, ven en mí vida un claro ejemplo de la expresión ‘si quieres, no es un sueño’. Estas palabras son parte de un discurso pronunciado por Avraham Yitzhak en la ceremonia que le fue otorgado el rango de coronel.
Yitzhak, un nuevo inmigrante de Etiopía que llegó a Israel a principios de la década de 1990, atravesó un largo período de integración, y superando todas las dificultades en su camino, llegó a convertirse en el comandante de la División Médica en el Comando Sur de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel). Pero el camino a la cima no fue fácil.
Yitzhak nació en Addis Abeba, Etiopía. Su padre fue uno de los activistas que trabajó incansablemente, arriesgando su vida, para permitir a los judíos de Etiopía concretar su aliá a Israel. En 1983, cuando Yitzhak tenía solo 10 años, su padre se vió obligado a huir del país después de que las autoridades locales descubrieran sus “actividades subversivas”. Itzhak describe los años posteriores como un período difícil, plagado de grandes dificultades y extrema pobreza. Su familia no tenía dinero para comprar lo más elemental. Recuerda que solía coser sus pantalones con retazos de tela, para no ir desnudo, mientras temblaba de frío y desfallecía de hambre.
Pero Yitzhak resultó ser un estudiante talentoso. Comenzó a estudiar medicina en Etiopía apenas cumplidos los 15 años, y unos años más tarde decidió emigrar a Israel. Fue enviado al centro de absorción en Kfar Saba, aprendió hebreo y, con un esfuerzo considerable, ingresó a la Facultad de Medicina, convirtiéndose en el primer estudiante etíope egresado de la misma.
Pero no se detuvo allí. Completó con distinción el curso de oficial en las FDI, y sirvió en varias unidades de combate, salvando la vida de decenas de soldados. En 2017, fue nombrado coronel, el primer etíope en alcanzar ese alto rango. La inspiradora historia de Yitzhak ofrece una nueva esperanza para los jóvenes de la comunidad etíope, que ven que las barreras se pueden romper y que es posible definir y alcanzar objetivos. Hoy, gracias a los diversos marcos en los que Keren Hayesod invierte y apoya, hay cada vez más oficiales y médicos etíopes, y esta es una tendencia que solo irá en aumento.