La Aldea Juvenil beduina “Nevé Midbar” (Oasis) es un excelente ejemplo de las actividades de Keren Hayesod para diversos segmentos de la sociedad israelí.
«Cada capítulo en la vida de una persona va acompañado de un sueño», dice Tamr Abu-Jafar, un joven graduado e instructor beduino en la aldea juvenil beduina en Nitzana, al sur de Israel, quien recientemente recibió el Premio del Presidente de Israel al Voluntariado. «El sueño de este capítulo en mi vida es generar un cambio para mejorar la situación socioeconómica en la sociedad beduina», afirma.
Tamr se unió a “Desert Stars”, una asociación que ayuda a los beduinos del Negev, para luego pasar a desempeñarse como maestro en la Aldea Juvenil. A la edad de 17 años, Tamr ya había decidido que quería lograr un mejor punto de partida en su propia vida, asumiendo nuevas responsabilidades, entre ellas la de contribuir a mejorar las condiciones de vida de las futuras generaciónes beduinas. En 2015, con el apoyo de Keren Hayesod se estableció en Nitzana la primera aldea juvenil beduina, de este tipo en Israel, con el objetivo de capacitar una nueva generación de agentes de cambio y promover una visión de coexistencia e igualdad para todas las confesiones religiosas y sectores que componen el tejido social israelí – judíos, beduinos, cristianos, drusos, musulmanes, Al año siguiente a de su creación la nueva aldea beduina ya contaba con más de 100 estudiantes.
La demanda sigue siendo alta y el número de programas ofrecidos aumenta año tras año. Keren Hayesod apoya a muchos programas, como Net@, Jóvenes Futuros y Academias Pre-militares, en beneficio de las comunidades desfavorecidas de diferentes sectores de la sociedad israelí, y lo hace como parte de una profunda y genuina creencia: la idea de que será la próxima generación de israelíes la que determinará como se verá nuestro futuro.