El sorpresivo ataque coordinado de Egipto y Siria contra Israel comenzó en medio del ayuno de Yom Kipur, el 6 de octubre de 1973, a la 01:50 de la tarde (hora de Israel), cuando la mayoría de los israelíes se encontraban en las sinagogas. Nadie podía haber imaginado lo que aún estaba por suceder. La sorpresa fue total y tanto los judíos en Israel como en la diáspora quedaron profundamente impactados por la intensidad del ataque. A muchos judíos de todo el mundo les resultaba difícil comprender el nivel de angustia que en esos traumáticos momentos se había apoderado de los israelíes. El país era visto como una potencia militar y todos estaban seguros de que las FDI vencerían rápidamente a los ejércitos árabes. Pero a medida que pasaban las horas comenzaba a esclarecerse la magnitud del desastre.
El ministro de Finanzas, Pinchas Sapir, llamó personalmente a los principales filántropos y líderes judíos y organizó delegaciones de emergencia en todo el mundo, en forma coordinada con Keren Hayesod. No hubo demasiado tiempo para implementar esa iniciativa. Mientras tanto continuaban llegando alarmantes informes desde los frentes norte y sur: la caída de las posiciones fortificadas a lo largo del Canal de Suez, el avance de fuerzas sirias en las colinas del Golán y los centenares de soldados israelíes muertos y heridos, dejaban totalmente en claro, incluso a todos aquellos que aún tenían dudas, de que el Estado de Israel estaba nuevamente luchando por su existencia. Los emisarios y empleados de Keren Hayesod organizaron en forma simultánea una Campaña de Emergencia de recaudación de fondos, reclutando nuevos voluntarios y trabajando día y noche en todos los rincones del mundo. Los resultados fueron sorprendentes. Al final de la campaña, en el transcurso de apenas dos meses, entre octubre y noviembre de 1973, se logró recaudar una cifra récord de US$ 273 millones.