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Para garantizar a los nuevos olim un “aterrizaje suave” al país después del largo viaje en barco o avión, en diciembre de 1967, se inauguró el primer Centro de Absorción en la ciudad de Arad, no lejos de las pintorescas montañas de Sodoma. Si bien los Ulpanim de enseñanza del idioma hebreo ya existían, las oleadas masivas de inmigración posteriores a la Guerra de los Seis Días, requerían una reorganización del proceso de absorción existente. En dos años, se establecieron otros 12 nuevos Centros de Absorción en Haifa, Ashdod, Carmiel y otros lugares del país. En su apogeo, funcionaron 50 Centros de Absorción en Israel. Hoy, con la asistencia del Keren Hayesod y la Agencia Judía, operan 23 Centros de Absorción en todo Israel, en cuyas dependencias los nuevos inmigrantes gozan de una vivienda temporaria, aprenden hebreo, reciben asesoramiento, capacitación laboral y adquieren gradualmente las herramientas necesarias para una efectiva integración en el tejido social israelí.
Los nuevos inmigrantes que eligen no instalarse en Centros de Absorción tienen la opción de utilizar paquetes alternativos con varios beneficios y posibilidades de facilitar su integración. Desde el establecimiento del Estado de Israel, el Keren Hayesod ha ayudado a más de 3 millones de judíos a concretar su aliá. Un tercio de ellos ha utilizado los servicios de transición ofrecidos por estos centros. Nada mal para 50 años…

Foto: Ulpan Etzion, residencia de inmigrantes en Jerusalem, en la que se enseñaba hebreo, 1950.

En la década de 1950, en un intento por hacer frente y prepararse adecuadamente para absorber las enormes y previsibles olas inmigratorias a Israel, se establecieron docenas de asentamientos, incluso en las zonas periféricas más remotas, a lo largo de las fronteras de Israel. El Keren Hayesod estuvo involucrado, tanto en la construcción de esos asentamientos fronterizos, como en el traslado y la absorción de los nuevos olim a los mismos.
A mediados de la década de 1950, la situación de los asentamientos fronterizos era muy mala. Además de la difícil situación económica, los residentes eran vulnerables a los ataques de terroristas que se infiltraban desde los países árabes limítrofes. Para fortalecer a los asentamientos, el Keren Hayesod publicó un folleto especial titulado «Los Asentamientos Fronterizos, en el Trabajo y en la Defensa», que se distribuyó en varios idiomas a los emisarios representantes de Keren Hayesod en todo el mundo. La historia de los asentamientos, acompañada de muchas fotografías, explicaba en detalle por qué era necesario seguir apoyando su desarrollo y fortalecimiento. La publicación del folleto ayudó a los esfuerzos de recaudación de fondos y en definitiva al gradual desarrollo de los asentamientos fronterizos.

Foto: Folleto de «Los Asentamientos Fronterizos, en el Trabajo y en la Defensa», publicado por Keren Hayesod.

Esther Tafara, técnico en jefe de la nueva Sala de Cateterismo Cardíaco del Hospital Hadassa del Monte Scopus, es una de los miles de olim etíopes que llegaron a Israel con el apoyo de Keren Hayesod. Su viaje a Israel es casi increíble. A los seis años, se mudó con su familia de la aldea en la que creció a la ciudad de Addis Ababa, donde esperaron el momento adecuado para ser trasladados a Israel. Ese momento llegó tres años después, cuando Esther ya tenía nueve años. En el marco de un operativo del Mossad la llevaron en avión a Israel, junto con una familia que no conocía. Ella recuerda que tenía miedo de cerrar los ojos durante el vuelo, por miedo a volver a quedarse atrás. Cuando aterrizó en Israel, fue recibida por familiares que habían atravesado Sudán en la “Operación Moisés”. Terminó la escuela primaria, secundaria y una licenciatura, y trabajó en Hadassah Ein Kerem durante 14 años antes de que le ofrecieran el nuevo puesto de prestigio. Esther es solo una de las decenas de miles de inmigrantes de Etiopía que llegaron a Israel con la ayuda del Keren Hayesod y que continúa ayudando a traer a Israel a los judíos que aún permanecen en Etiopía.

Foto: Esther Tafara en su trabajo en el Hospital Hadassah, Monte Scopus

Un buen día de abril de 1925, 7,000 personas se reunieron con entusiasmo para la ceremonia de inauguración de la Universidad Hebrea en el Monte Scopus en Jerusalem. Entre ellos se encontraban figuras de alto rango como Chaim Weizman, el rabino Abraham Isaac Kook, Chaim Nachman Bialik, Herbert Samuel, Lord Balfour, el general Allenby y Nachum Sokolov. La universidad inyectó un refrescante espíritu académico en el mundo de la cultura y educación hebreas que se estaban desarrollando en la Tierra de Israel. Desde sus inicios, el Keren Hayesod entendió la necesidad de recaudar dinero y apoyar el establecimiento de instituciones de educación superior. Contribuyó con £ 20,613 al Technion en Haifa y £ 31,821 a la Universidad Hebrea, por ejemplo. Para convertir el Instituto Ziv en Rehovot en el Instituto Weizman, Keren Hayesod recaudó un total de medio millón de dólares. Keren Hayesod ha continuado recaudando fondos para las actividades en curso de estas instituciones, que proporcionan la infraestructura para la educación superior en Israel y han desempeñado un papel enorme en la conversión de Israel en una fuente inagotable de conocimiento e innovación. Actualmente, Keren Hayesod continúa apoyando a instituciones educativas en todo Israel, principalmente en sus zonas periféricas

Foto: Lord Balfour hablando en la inauguración de la Universidad Hebrea en Jerusalem, 1925

La candente y complicada situación de seguridad reinante en los comienzos de la gran revuelta árabe en 1936, condujo a la Agencia Judía y a la Histadrut (Confederacón General de Trabajadores) a tomar un revolucionario y drástico paso, consistente en la creación de la primera línea aérea hebrea, denominada “Aviron” (Avión, en hebreo). La compañía recibió su financimiento inicial de Keren Hayesod, para gran enojo de las autoridades británicas. Algo menos de un año después, la Agencia Judía estableció una escuela de capacitación de pilotos y entrenamiento de vuelos en el Emek HaYarden (Valle del Jordán) y adquirió varios aviones. A pesar de todos los inconvenientes, en 1938 dos aviones de “Aviron” realizaron un vuelo de celebración en los cielos de Hanita, durante los festejos de su fundación. La emoción y el orgullo fueron inmensos. En 1947, los aviones de la compañía fueron entregados al nuevo “servicio aéreo” de la Haganá y jugaron un papel predominante en la Guerra de la Independencia.
La misma magnífica infraestructura de aviación creada por “Aviron” se utilizó para el establecimiento de El Al, fundada con el estatus de aerolínea gubernamental. Aviones financiados por el Keren Hayesod realizaron a lo largo de varias décadas diversas, y en algunos casos riesgosas, operaciones de aliá, trayendo a Israel judíos de Yemen e Irak, Marruecos y África del Norte, la Unión Soviética y Etiopía. Estas operaciones fueron realizadas por aviones extranjeros adquiridos o alquilados por Keren Hayesod, y en muchos casos por aeronaves de El Al.

Foto: Avión de largo alcance de “Aviron”, Aeropuerto de Lod, 1947.

En el corazón de la ciudad de Sderot hay una pequeña y pastoral aldea de estudiantes dirigida por la asociación “Ayalim”. Cada año, unos 72 estudiantes, muchos de ellos de la universidad cercana, se mudan a la aldea. La aldea se estableció durante la Operación “Margen Protector” en 2014, en un tiempo récord de solo 52 días, bajo fuertes bombardeos lanzados desde la Franja de Gaza y en medio de un clima de inseguridad generalizada.
La visión de los fundadores de la aldea y de “Ayalim” es simple: alentar a grupos de estudiantes adultos para que se instalen en inmediaciones de áreas vulnerables de la periferia, desarrollando una especie de comuna, joven y hondamente impregnada por un espíritu de compromiso y transformación sociales, que impacte positivamente en beneficio de las comunidad circundante. Para lograrlo, los jóvenes estudiantes de “Ayalim” trabajan con ancianos, sobrevivientes del Holocausto, personas con discapacidades y con jóvenes carenciados o en situación de riesgo, a los que ayudan en su rehabilitación y reinserción social.
“Ayalim”, que se estableció en 2003, trabaja en cooperación y con el apoyo de Keren Hayesod en unas 22 localidades de la periferia, desde Kiryat Shmona hasta Lod. Actualmente existen 13 aldeas estudiantiles en todo Israel. Los jóvenes, que estudian en el área, participan en actividades educativas y recreativas en beneficio social e inician proyectos de voluntariado para ayudar periódicamente a la comunidad local. Muchos de estos jóvenes estudiantes eligen quedarse en la periferia después de graduarse y establecer alli sus hogares.

Foto: Estudiantes en una aldea estudiantil de Ayalim.

No mucha gente sabe que Albert Einstein, padre de la Teoría de la Relatividad y ganador del Premio Nobel de física de 1921, fue un entusiasta admirador de Keren Hayesod durante más de 20 años. Ya en el primer año de actividades de KH, Einstein se unió a Chaim Weizman en una misión a los Estados Unidos, apoyando los esfuerzos de recaudación de fondos para el establecimiento la Universidad Hebrea en Jerusalén. En discursos y conferencias que dio en  todo el mundo, Einstein se refirió positivamente a las actividades del Keren Hayesod, resaltanto su trascendental  importancia. También compartió sus cálidos sentimientos por la instiitución en diversas ocasiones, como por ejemplo en las celebraciones del 15º aniversario del de KH,  en que escribió: “ Keren Hayesod, que hizo posible el asentamiento judío en las tierras de Eretz Israel, ha demostrado ser una institución de valor incalculable para la necesaria rehabilitación de nuestro pueblo».

Foto: Menachem Ussishkin, Chaim Weizmann, Albert Einstein y Ben-Zion Mossinzon, en una misión a los Estados Unidos, 1921.
Credit: Los créditos a Getty Images y al fotógrafo Buyenlarge.

Escritor, filósofo e intelectual judío, Elie Wiesel, también fue un entusiasta admirador de Keren Hayesod. Galardonado con el Premio Nobel de la Paz, Wiesel estuvo profundamente involucrado en la conmemoración y preservación histórica del Holocausto, del cual fue sobreviviente. Una de sus citas conocidas fue: «Asumir, aceptar y encarnar la visión de Keren Hayesod es un privilegio».

Wiesel siguió siendo una figura ejemplar a lo largo de los años, y sus firmes creencias y valores han inspirado a varias generaciones. Él habló enérgicamente contra «el peligro de la indiferencia» y el fenómeno de permanecer al margen, que permitieron daños irreparables, como el genocidio durante el Holocausto y otros terribles capítulos de la historia universal. Para Wiesel, Keren Hayesod era una especie de incondicional agente en favor del Estado Judío, un agente sobresaliente e inspirador, cuyo objetivo era promover el advenimiento de un futuro mejor para los judíos en Israel y en el mundo. En 2005, en su discurso durante la prestigiosa Conferencia de Contribuyentes ILR de Keren Hayesod, Wiesel señaló: “Keren Hayesod es una organización única, que fortalece, enriquece y glorifica lo mejor del Estado Judío, Israel. Keren Hayesod es un agente, un agente maravilloso, un agente inspirador. Muchas personas vinieron de países lejanos, gracias a Keren Hayesod”.

El sorpresivo ataque coordinado de Egipto y Siria contra Israel comenzó en medio del ayuno de Yom Kipur, el 6 de octubre de 1973, a la 01:50 de la tarde (hora de Israel), cuando la mayoría de los israelíes se encontraban en las sinagogas. Nadie podía haber imaginado lo que aún estaba por suceder. La sorpresa fue total y tanto los judíos en Israel como en la diáspora quedaron profundamente impactados por la intensidad del ataque. A muchos judíos de todo el mundo les resultaba difícil comprender el nivel de angustia que en esos traumáticos momentos se había apoderado de los israelíes. El país era visto como una potencia militar y todos estaban seguros de que las FDI vencerían rápidamente a los ejércitos árabes. Pero a medida que pasaban las horas comenzaba a esclarecerse la magnitud del desastre.

El ministro de Finanzas, Pinchas Sapir, llamó personalmente a los principales filántropos y líderes judíos y organizó delegaciones de emergencia en todo el mundo, en forma coordinada con Keren Hayesod. No hubo demasiado tiempo para implementar esa iniciativa. Mientras tanto continuaban llegando alarmantes informes desde los frentes norte y sur: la caída de las posiciones fortificadas a lo largo del Canal de Suez, el avance de fuerzas sirias en las colinas del Golán y los centenares de soldados israelíes muertos y heridos, dejaban totalmente en claro, incluso a todos aquellos que aún tenían dudas, de que el Estado de Israel estaba nuevamente luchando por su existencia. Los emisarios y empleados de Keren Hayesod organizaron en forma simultánea una Campaña de Emergencia de recaudación de fondos, reclutando nuevos voluntarios y trabajando día y noche en todos los rincones del mundo. Los resultados fueron sorprendentes. Al final de la campaña, en el transcurso de apenas dos meses, entre octubre y noviembre de 1973, se logró recaudar una cifra récord de US$ 273 millones.

Foto: Paracaidistas israelíes en el frente sur, octubre de 1973.
Credit: Los créditos al fotógrafo Ron Ilan y la Oficina Nacional de Prensa.

Inmediatamente después del establecimiento del Keren Hayesod en 1920, Ze’ev Jabotinsky, un destacado intelectual y hombre de letras, se unió a la dirección ejecutiva de la organización como su cuarto miembro. Él trajo un nuevo y grandioso espíritu a todas las áreas de actividad y creó material publicitario sobresaliente que llevó el mensaje del Keren Hayesod a las comunidades judías de todo el mundo. También fue al extranjero en misiones, dio conferencias en inglés y se unió a una gran misión a los Estados Unidos, que produjo resultados importantes. Jabotinsky publicó el primer libro del Keren Hayesod, escribió artículos diarios en periódicos judíos de todo el mundo, realizó películas de hasbará y desarrolló varios métodos para distribuir materiales. En 1923, Jabotinsky renunció a la dirección ejecutiva de Keren Hayesod después de que no se cumplieran sus demandas de tomar medidas más enérgicas en nombre de la Tierra de Israel. Él Su renuncia dejó un hueco muy difícil de llenar.

Foto: Cartel de Keren Hayesod dedicado a la contribución de Ze’ev Jabotinsky