Aunque establecida apenas tres años antes, la Orquesta Filarmónica de Israel se vió afectada por la crisis financiera de 1939, la que amenazó la continuidad de su existencia. Respondiendo a un pedido de ayuda, Keren Hayesod aportó a la orquesta una subvención de 300 libras esterlinas. Durante este período, Keren Hayesod también ayudó a fortalecer y desarrollar algunas de las instituciones culturales más importantes en la Tierra de Israel, entre ellas: la Escuela de Arte y Diseño Bezalel, el Teatro Habima, el Teatro de los Trabajadores Ohel y el Instituto Bialik de Cultura y Literatura. El Keren Hayesod también apoyó la construcción de la primera y hermosa sala de conciertos en el Centro de Exposiciones de Tel Aviv, en el que se realizó el primer concierto en la década de 1930, y en la renovación del Heichal Hatarbut en Tel Aviv, la sede de la Orquesta Filarmónica de Israel hasta el día de hoy.